Mi cuerpo cambió… y también mi forma de verme
No hay productos asociados.
Mi cuerpo cambió.
Cambió más de lo que imaginaba.
Cambió por dentro y por fuera.
Y por un tiempo, me costó reconocerme.
Pero con el tiempo también entendí que ese cambio no fue pérdida…
Fue transformación.
🫶 1. El cuerpo que creó vida no puede seguir igual
Durante el embarazo y el postparto, el cuerpo se adapta, se estira, se mueve, se abre.
Pierdes firmeza, cambias de talla, tu piel cuenta nuevas historias.
Tu ropa ya no queda igual. Tus reflejos en el espejo ya no son los de antes.
Pero… ¿debería serlo?
Tu cuerpo hizo algo extraordinario: creó vida.
🧠 2. No es solo físico, también emocional
No reconocer tu cuerpo puede doler.
Puede hacerte sentir frustrada, invisible o desconectada.
Y eso también es válido. Nadie te enseña cómo verte en este nuevo cuerpo.
Por eso es tan importante hablarlo.
Reconocerte. Aceptarte. Acompañarte.
👚 3. Elegir ropa que te abrace, no que te presione
Después de la maternidad, mereces ropa que:
- Te quede cómoda, no apretada
- Se adapte a tu nuevo ritmo (lactancia, moverte con tu bebé)
- No te haga sentir que “tienes que volver a tu talla de antes”
✨ Una faja suave que te dé soporte sin oprimirte.
✨ Un conjunto que te haga sentir linda sin esfuerzo.
✨ Una sudadera que te permita dar pecho sin pensarlo.
🌸 Tu cuerpo no necesita moldearse… necesita ser amado como es.
💗 4. Lo que sí gané con este cuerpo nuevo
- Fuerza: nunca me sentí tan capaz
- Presencia: aprendí a escucharme
- Respeto: entendí que mi cuerpo no está roto, está completo
💬 5. Lo que me habría gustado escuchar
“No te apures por volver a tu cuerpo de antes… porque ahora eres más.”
“Vístete para ti, para sentirte bien, no para encajar.”
“No estás sola.”
Si tu cuerpo cambió… que también cambie la forma en que lo vistes.
Descubre prendas pensadas para ti, no solo para el embarazo, sino para esta nueva versión tuya: más fuerte, más real, más mamá.